jueves, 4 de diciembre de 2008

vecindad

Camino, camino, y cuando siento que no voy a llegar más por fin aparece. Espero y subo. Hay música: vida. Entro y algo queda suspendido.
Sigo sin hacer caso, apago. Salgo indecisa. Espero y entro. Sin pensarlo algo nuevo me sorprende: un intercambio nuevo, refrescante para el alma. Ida y vuelta. Descanso en paz...

miércoles, 3 de diciembre de 2008

ella


¿Quién era Mamama?, preguntará algún niño dentro de unos años.
Esa mujer tan nombrada, y recordada siempre con una sonrisa. El año pasado estaba caminando por una vereda que me resultaba conocida. Empecé a prestar atención y me di cuenta que estaba cerca de su departamento. Empecé a mirar, y lo descubrí. Esa puerta alta de vidrios que dejaba ver un largo pasillo de piso de mármol frío hasta los ascensores. Miraba y me acordaba. No vi movimiento en el edificio. No había portero pero sí luz. Me quedé, recordando visitas a este mágico refugio de amor. Una persona abrió la puerta de calle y pude sentir ese olor familiar que, sin darme cuenta, había ido a buscar esa tarde de invierno.