martes, 27 de febrero de 2007

Ferroviario de alma





Entrevista a Héctor Ominetti, conductor e instructor de tren
Ferroviario de alma


Hace 20 años que ejerce la profesión de conducir trenes, algo que le fue transmitido por generaciones. Recientemente lo ascendieron a instructor para capacitar a los que recién empiezan.

Héctor Ominetti es un cordobés sensible de 43 años y buen trato, que trabaja en los ferrocarriles de TBA (Trenes de Buenos Aires) desde hace 20 años. La profesión fue algo que “heredó” por parte de sus abuelos que trabajaban de lo mismo y es algo que ya lleva en la sangre. Vive en la estación de tren Bartolomé Mitre y de lunes a sábado va a dar clases a la escuela próxima a la estación Victoria (ramal Tigre/Retiro) a los futuros conductores (no choferes como corrige el entrevistado) de tren. Su mayor inquietud es qué es lo que va a hacer cuando, a los 55 años, se tenga que jubilar.

¿Por qué elegiste la carrera de conducción de trenes?
- Yo vengo del interior y mi abuelo fue maquinista de los trenes a vapor, mi papá también fue conductor y eso te da un privilegio o prioridad para ingresar en la carrera de conductor. En el último convenio que se firmó del Sindicato de la Fraternidad entra el 70% de hijos de conductores.

¿Qué es el Sindicato de la Fraternidad?
- Es un sindicato que tiene más de 100 años y nuclea todos los conductores de trenes. Cuando hay una queja o un problema se trata ahí. Hay una Comisión Directiva, un secretariado y todos los que estamos afiliados.

Por más de que sea una profesión hereditaria tiene algo bastante duro que es el hecho de estar trabajando en soledad y correr el riesgo de sufrir serios accidentes e incluso herir a otras personas, ¿cómo lo vivís eso?
- Eso es lo único feo que tiene el ser conductor. Yo tengo 10 accidentes fatales en mis 20 años de trabajo, hay otros que tienen 12, 15 o 25.

¿Qué tipo de accidente es el que se da más con mayor frecuencia?
- El mayor porcentaje de accidentes son los suicidas, después los autos y por último los que no te ven y pasan. Los autos son por imprudencia. Con los suicidios ya te das cuenta quién es sospechoso y quién no. Uno se va fijando y te das cuenta quien espera para cruzar la calle y quién se va a tirar abajo del tren. Hay veces que se están por tirar y no lo hacen, entonces llamas a la formación que viene atrás.

¿Te pasó de salvar así a alguna persona?
- Sí, tres veces. En una de ellas me “puteó” un pibe porque no lo había matado. Y una vez en Núñez/Belgrano veo una chica en el medio de los dos pasillos, no tenía por qué estar ahí. Yo empecé a frenar (un tren puede demorar 150 metros en frenar por completo). Cuando me vio, dejó la cartera contra el paredón y salió corriendo y se paró en las vías y lo frené a dos metros. Bajé, la agarré y empezó a llorar. Esa chica se quería matar porque se le había muerto el padre hacía diez días y no lo superaba. La subí a la cabina conmigo y la entregué al grupo de médicos en Retiro. Otro caso fue el de una chica que se salvó de pura suerte, se acostó en las vías y le pasaron tres vagones. ¿Podes creer que no le pasó nada?

¿Qué es lo más reconfortante del trabajo?
- Llevar los trenes a horario y hacer un “buen servicio”. También cuando viene alguien nuevo, o un guarda y te pregunta algo. Reconforta a uno el transmitirle las vivencias propias que te dan los años a los aspirantes a conductores. Pero lo más reconfortante sin lugar a dudas es lo que te contaba antes: salvar vidas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó la historia de Victoria, realmente transmite las ganas de ayudar a otros... y ésta entrevista a Héctor esta muy buena, te hace sentir como si le estuvieras hablando en persona.
En resumen: está buenisimo todo

mm dijo...

gracias TINO!!!!!!!!!!!!!!
La entrevista se la hice yo personalmente a Hector.
Gracias de nuevo!

Anónimo dijo...

Me encantò esta pagina, conmovedora la vida de cabello y l de victoria ni hablar!-
La verdad.. me eh sorprendido!
Ojalà haya mucha gente asi como vos.

saludos y buena vida!!!!
besos

Anónimo dijo...

EE pa! te has lucido!
Te quiero mucho y cuidate.

Mariano.