INJUSTICIA SOCIAL
Un techo para empezar

Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada
Antoine de Saint Exupery
Un techo. Cuatro Paredes. Dos Ventanas. Una Puerta y un Piso. Varias manos y un poco de energía es lo que hace falta para darles un mínimo de esperanza a personas que están aparatadas, relegadas y tristemente olvidadas por toda la sociedad. Un casa digna donde vivir.
"Ustedes son jóvenes y tienen que saber que están haciendo mucho y que falta mucho por hacer también", fue una de las repetidas frases de los voluntarios de la ONG Un techo para mi país, con la que me fui el fin de semana del 12 de octubre a construir casas a Maquinista Savio, Escobar, provincia de Buenos Aires.
Lamentablemente como las cuatro personas de la familia que me tocó construir a mi, viven 14 millones 100 mil argentinos (por debajo de la línea de pobreza). ¿Alguien se puede quedar tranquilo sabiendo que una de esas personas no tiene para comer hoy a la noche, que no puede dormir cuando llueve o no tiene baño ni agua potable en su casa? Yo no. No hay que tomar el camino fácil y simplemente resignarse, quejarse. Con los sentimientos de indignación, tristeza y preocupación que produce esta injusticia social hay mucho que se puede hacer. Y hay mucha gente que se está moviendo. Pero hacen falta muchas manos más.
Pienso también que hay que exigirle al Estado que cumpla su rol y no pase a ser un Estado Ausente. Porque, por ejemplo, en Maquinista Savio no hay sistema de cloacas. ¿Quién es el responsable? ¿Qué hace el Estado para solucionarles este enorme problema a las miles de personas que viven en esas condiciones?
¿Qué hacemos para cambiar esta situación? Sólo dignidad para todos.
No hay que ser indiferentes a lo que pasa al lado nuestro. Tenemos que saber observar. Buscar y no tener vergüenza de ayudar. Denunciar y exigir.
Tengo la esperanza y creo que se puede construir un mundo mejor, más digno y sin injusticia social. Pero no estando quietos.